Todas las indicaciones con distancias. Perfecto para caminantes apurados. |
Los Séptimos
son días fantásticos, pero tienen una limitación. Duran 24 horas, como un
domingo ordinario. Esto hace que las rutas de senderismo asequibles cerca de la
ciudad se vayan agotando. Por eso ha llegado la hora de investigar nuevas
opciones.
La gravilla del camino es más oscura que la natural, de forma que perderse es imposible incluso para mí. |
Lo
maravilloso que tenemos en Galicia (al igual que en muchas otras comunidades)
es que en los últimos años se le ha dado un gran impulso a esta actividad, y
cada vez son más los Concellos que deciden reabrir caminos ya olvidados. Mis compañeros
habituales de caminatas propusieron una, y allá nos fuimos, con chubasqueros,
paraguas, botas y todas las ganas. Y claro, yendo así… nunca defrauda.
Y después de la lluvia... |
A ruta dos
Arrieiros, no Carballiño, es una de esas magníficas posibilidades para casi
cualquier época y disponibilidad http://www.magrama.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/caminos-naturales/caminos-naturales/sector-noroeste/dos-arrieiros/dos_arrieiros.aspx Lo más curioso de la ruta es que, al
transcurrir alrededor del río Barón, se pueden hacer varios circuitos de
diversas longitudes, con visitas a lo largo del trayecto más que interesantes
(iglesias, pueblos abandonados, miradores). Y lo mejor del asunto es que todo
viene indicado con carteles que nos informan de las distancias que hay hasta
esos puntos, de modo que el caminante podrá decidir en función del tiempo y de
las ganas hasta dónde llegar en su incursión.
Llega la calma. ¡Bonitas rocas! |
Nuestra tarde
comenzó en la villa de O Carballiño, donde, ingenua de mí, pretendía encontrar
abierta la oficina de turismo. Pues no. Cierra los domingos. Porque total, si
alguien viene de visita, lo hará en horario laboral, como la gente decente,
¿no? Pero a pesar de los contratiempos, yo no me quería quedar sin referencias
para buscar la ruta, de forma que
hicimos parada técnica en el edificio del Concello, donde la policía sí
trabajaba (es que si no…). Nos informaron de lo bien cerrada que estaba la
oficina de turismo, y de a dónde ir para comenzar el camino. Yo sabía que
ninguna incursión en un edificio público caería en saco roto.
En el pueblo abandonado de Sona aún hay viñedos que decoran el otoño. |
Nos indicaron el lugar que también indicaba la mayoría de páginas de
la red, y tras varios intentos fallidos y socialización con las vecinas de la
zona de por medio (quien quiere GPS si se pueden hacer amiguitos) lo logramos. Desde
O Carballiño, y tomando la antigua carretera de Ribadavia (y en ese sentido),
encontraréis a mano derecha una indicación hacia el pueblo de Barón/Varón (los
carteles dudan) y el comienzo de la ruta. Si buscáis información acerca de esta
veréis que cada quien da una longitud distinta: eso es debido a la peculiaridad
que os he mencionado, en el que las opciones y las distancias son múltiples. Nosotros
hicimos un recorrido acorde con los días cada vez más cortos (teniendo en
cuenta además de que costó encontrar el sitio), en total, unos 9 km.
Encuentros en la tercera fase. La pregunta es ¿legal o ilegal? |
Dejamos el
coche en el pueblo. Técnicamente el camino comienza 1km antes, en Fonteantiga,
pero no investigamos hacia ese lado, y decidimos empezar desde donde estábamos…
La lluvia
caía fina, el frío se empezaba a calar hondo hasta que las cuestas consiguieron
encender la circulación. Observaréis que en esta ocasión las indicaciones que
encontraréis no son las universales del senderismo (marcas blancas y
amarillas), sino los propios carteles explicativos de la ruta y los carteles
indicadores. Además, el camino a seguir está marcado por una gravilla diferente,
más oscura, que os puede ayudar a resolver dudas puntuales.
De esta forma
llegamos al ramal de la Fraga, que dejamos a nuestra izquierda para ir hacia el
pueblo abandonado de Sona, que en su momento fue importante núcleo de
población.
Pilas de agua para los caballos de los arrieiros. |
Y allí nos
encontramos con Julio.
Julio es un
vecino de la zona al que le encanta caminar y que se conoce el terreno como
nadie. Buen conversador y amabilísimo compañero de ruta, pudimos compartir con
él varios quilómetros, porque decidió ir en nuestra dirección. Lo cual fue todo
un lujo, porque nos dio las claves del camino y nos amenizó una tarde
coincidiendo con la salida del sol que decidió dejarse ver para caminar un rato
con nosotros. Y es que encontrarse a una persona de estas características en
aquel pueblo de casas derruidas, antiguas pilas para caballos que simplemente
eran demasiado pesadas para que las llevasen, donde ni siquiera estábamos del
todo seguros de a dónde conduciría nuestra tarde, te da la magia que tanto se
necesita. Ahora esa ruta es mucho mejor. Y ¡qué leches! Cuando vayáis, acordaos
de mis palabras. Si veis a un señor mayor, pero de sonrisa franca y buen paso,
preguntadle el nombre. Y si eso, caminad juntos y luego invitadlo a un café. Será
lo menos.
Julio nos
explicó que mucha gente comienza la ruta desde otro punto, llamado Mesego,
donde hay un área recreativa con mucho sitio para aparcar. Desde ese punto se
puede visitar una iglesia y hacer el tramo que no completamos nosotros, que
decidimos tomar el ramal de Covelo para que no se nos echase el tiempo encima. Por
otro lado, desde Sona podéis tomar diferentes ramales para ampliar la ruta, muy
bonitos, y que espero llegar a relataros en este blog. También nos contó que la
gente de Sona se trasladó al pueblo que hay al otro lado de la general (de
hecho, pasáis al lado de ella en uno de los tramos), porque se había abierto
una fábrica de madera. Y es que hay que ir a donde haya trabajo (esto me va
sonando).
Caminos que nos conducían al profundo del bosque... |
Nuestros caminos
se separaron poco después de pasado el ramal de Penedo, donde nos despedimos de
Julio. El tramo que quedaba nos había avisado de que estaba más complicado,
porque estaban a la espera de poder limpiarlo. Y es que cuando en los
ayuntamientos no hay dinero, estas son las cosas que primero lo notan. Pero a
pesar de eso, el camino está bastante practicable y sin pérdida, porque se
mantienen las señalizaciones.
Carteles explicativos de la ruta. ¡Si es que no hay dudas! |
Y así, entre
bosques, descubriendo setas y devorando las castañas que habíamos asado a
mediodía, se pasó la tarde. Aplauso, ovación, y la ola hacia un lado y de
regreso para una de las rutas más bonitas que he visto. Animaos todos, y no lo
olvidéis: contádnoslo.
Gran casa abandonada. |
De momento,
yo os dejo las fotos que atestiguan una pequeña fracción de la belleza de la
zona.
Momentos mágicos. |
Setas en familia... La de atrás era un poco díscola. |
Como podéis
ver, este ha sido un Séptimo más que especial. Siempre es maravilloso hacer
nuevos amigos, como Julio, o practicar nuevas rutas para poder compartir con
vosotros. Mientras, un austríaco subía en globo a la estratosfera. Unos por
arriba, otros más en la tierra, pero todos descubrimos cosas nuevas. He de
decir que no vi el salto: lo escuché por la radio de regreso a Ourense. ¡Teníamos
una ruta que cumplir! Para que luego la gente diga que la vida no tiene sus
emociones…
¡Hasta el
Séptimo que viene!
Cuando sale el sol tibio de octubre... |
...y el cielo pinta con nubes el otoño. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario