martes, 7 de agosto de 2012

Las fiestas estivales: los cumpleaños (a lo grande) - Vol. 2

Hay fechas que son para celebrar. ¡El cumpleaños de una amiga que además en cuestión de tres semanas se marcha a Madrid de séneca es una de ellas!
Nuestro fin de semana empezó con la gran alegría de salir antes de lo esperado de la academia, con lo que realmente este Séptimo es Séptimo y Un Cuarto (cosa que me llena de orgullo y satisfacción). Una cena a la que íbamos a llegar pudiendo incluso arreglarnos (vamos, sacar las telarañas de la semana), una salida nocturna que prometía lluvia pero al modo “regular politician” (vamos, que ni gota), y una domingo con horas de sueño matutinas y arte y recolección vespertinas. Vayamos por partes.
Nada como ir a casa de una persona que te cede zapatillas suaves y mullidas para no tirar de tacones ;)
Las reuniones pequeñas pueden ser fantásticas cuando los pocos son bien avenidos. Como era nuestro caso. Todo puesto a la mesa para cuando mi compañera de viajes santiagueses y amiga a tiempo completo y yo llegamos. Vamos, todo un lujo. Y no cualquier cena. Tengamos en cuenta que las artífices eran una ingeniera de telecomunicaciones y otra protomédico (pero en menor estadío de gestación). Panecillos tostados con cama de aceite de oliva y ajo con tomate natural y buenas anchoas. Montaditos de gambas con tomatitos de la huerta y queso fresco. Empanada a las delicias gallegas de variedad de carnes. Patatillas fritas “gourmet” (lo juro). Huevos rellenos con pimiento rojo a la calité del chef. Sangría fresca a la cartoné (ñam!).

Parece que tengo cierta obsesión con las mesas llenas de comida, ¿no?
  Risas, juegos, conversaciones demasiado tiempo aplazadas que había que solucionar ;)
Un secreto: si os dicen que os acerquéis a comprobar que dentro hay peces, no lo hagáis. Es un ourensano chistoso.
 La noche ourensana tuvo que esperar a la madrugada del domingo para escuchar el repiqueteo de nuestros pasos. Encuentros con compañeros en una ciudad que poco a poco se cobra su venganza de agosto, dejándola vacía por el día, pero que curiosamente, mantiene su sabor nocturno. Bares con gente charlando animadamente, diferentes pubs que ofrecen gran variedad de estilos y un tiempo ciertamente mejor del que auguraban. En definitiva, bailes, risas y unión de grupos, marcha animada hasta rayar el alba.
Nunca las despedidas son tristes cuando sabes que volveréis a veros en menos de una semana, así que cada uno a su cama, a disfrutar en los brazos de Sueño sin pensar en despertadores...
Pero claro. Eso vale para vosotros, amantes del Séptimo. Pero yo… yo tengo un problemilla. Y es que tengo unos ritmos diurnos alóndricos. En definitiva, 5 horas de sueño y yo estaba con los ojos como platos. ¿Qué hacer? Pues lo que mejor se me da: disfrutar de una mañana de inactividad por casa. Levartarse, recoger las cosas, lavarse el pelo y todo con la calma deliciosa de quien sabe que esas horas son suyas. Y sobre todo… pensar en manualidades ;)

Aunque luego todo fue más complicado de lo previsto... Ya os contaré.
 
El domingo que viene será una fecha especial. Se acerca una de mis citas coruñesas por excelencia del año. No quiero revelar muchas cosas, pero quiero que sepáis que he desbloqueado un logro: he conseguido hacer un cosplay en el verano del MIR.
En realidad está al 98% porque me queda darle el “ritmo” (vamos, escribirlo, ya lo entenderéis). Pero no queda nada, nada.
Pero a ver qué os pensáis. Estas manualidades llevan un par de horitas. Había mucho domingo por delante. Decidí que era hora de una tarde familiar: pueblo y recogida de azafrán (¡segunda tanda!). Disfrutar de la maravillosa huerta de mi madre. Sentir la calma. Dejarte llevar por los verdes y los amarillos. Dejarse ir y trotar por los montes.
El azafrán de mi madre. Precioso, ¿verdad?
Unas manzanitas en el huerto. Es que estaba de un bucólico...
Y llegar en buena hora a casa para descansar y recuperar todas esas horas que me salté después de la noche. ¿Quién da más?

¡Soplad conmigo! A la una, a las dos... (dioses, más cursi y vomitamos tous ensemble...)

Este ha sido un gran domingo.  Muy completo, disfrutándolo con gente diferente y en contextos diferentes. Pero seguro que vosotros habéis pasado un día igual de agradable. Y si no, ya lo sabéis, espero que esto os dé ideas para otros domingos vuestros…
Con la sonrisa puesta, hasta el Séptimo que viene!

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